Los photobooth o photocall como los quieras llamar, son tendencia. Y yo no soy muy de modas, pero tengo que confesar que ¡me encantan! y sobre todo, ¡qué funcionan!.
Proceden de lo que todos conocemos como “fotomatón”, esa cabina automática para obtener fotografías de forma instantánea que tanto se han utilizado en las películas y bien que han dado de si! ¿Os gusta Amelí? Es el primer ejemplo que se me viene a la cabeza cuando pienso en un fotomatón.
Según la Wikipedia, tradicionalmente disponían de un asiento regulable diseñado para que la persona que fuese a ser fotografiada se pudiese ubicar frente a la cámara. Al introducir las monedas y activar el proceso, la máquina tomaba y toma (porque aún existen) una serie de fotografías.
Aquí, una muestra de la última vez que me senté en un fotomatón con mi amiga Lucia :-)
¡Al lío que me pierdo! El uso del photobooth no difiere mucho del de su origen, ni siquiera su función, que en algunas ocasiones las fotografías tenían un uso más serio pero, al menos en mi época, más de uno nos hemos metido en ellos únicamente para divertirnos que es el uso principal que ahora hacemos de ellos para bodas y eventos de todo tipo.
¿Qué es lo que ha cambiado? El diseño. Aunque no tuviesen uso yo los pondría en todos mis eventos aunque su única función fuese decorativa, ¡me encantan!
Además, no hace falta complicarse mucho la vida para hacer un bonito photobooth. Basta con un tela bonita, lisa o estampada, unas tiras de colores o un simple marco de fotos para crearlo de forma personalizada, a tu propio estilo.
Una tela bonita y unas flores, sencillo, elegante e ideal para una boda de estilo campestre.

Aquí, un bonito marco colgado de un árbol, sin más.

Las manualidades son mi debilidad. Así que para mi elegiría sin duda uno hecho de rosetones o pompones y tiras de colores, me parecen únicos y puedes personalizarlos con el color elegido para tu boda, siguiendo la misma linea cromática que hayas establecido.

Con papel de pared pegado en un totem y un sofá para sentarse, ¡mira qué efecto tan bonito conseguimos!
También puedes utilizar mobiliario y que éste sea el atrezzo donde se hagan las fotografías: una cama o sofá, una cortina y algunos detalles más y ¡ya!


El segundo elemento que ha cambiado con respecto al fotomatón original es el atrezzo. A su único uso de hacerse una fotografía le acompañamos con complementos que usamos para divertirnos si cabe, aún más.
Antes poníamos “caritas” o hacíamos muecas (véase la primera fotografía de Lucia y yo) y hoy junto a éstas los puedes acompañar con los típicos bigotes, labios, gafas, etc. que puedes hacer tú misma o bien acudir a cualquier tienda de fiestas y comprar todo tipo de complementos de disfraces: pelucas, sombreros, faldas, collares de toda la vida usados para Carnaval y que ahora además le das un doble uso.

En Internet podéis encontrar mil variedades de atrezzo destinados a tal fin, aquí os he hecho una pequeña clasificación por si quereis hacerlo vosotros mismos, muchas únicamente tienes que imprimirlas, recortar y pegar sobre un cartón que le de firmeza. Otras recordar que podéis usar la forma y usar gomaespuma de distintos colores para hacerlos diferentes.
Os recomiendo las gafas de Accent the Party y los bigotes de Catch my party pero hay de todo por la red.
Por último y no menos importante, más bien imprescindible, es la cámara de fotos, yo recomiendo usar una Polaroid, los carretes son más caros pero una vez es una vez y el acabado de las fotografías es único. Y dado que el photobooth se utiliza en bodas y eventos y tras la cena, las copitas, etc… creo que un trípode donde sujetar la cámara y alguien que no beba o un esté un poquito más cuerdo no vendría nada mal para cuidar el material. :-)
¿Qué os parece la idea?, ¿os animaís a ponerla en práctica para vuestra próxima fiesta?