Hoy quiero que entréis conmigo a una de las tiendas más dulces de Exeter… donde he descubierto un nuevo manjar y además trabaja el inglés más simpático de todo Devon… Roly’s Fudge.
Nunca antes lo había probado y además no soy demasiado dulcera, y aún así me han conquistado. A pesar de ser prácticamente azúcar, no es empalagoso y al ser tan suave su textura no tienes la sensación de estar comiendo únicamente azúcar, es una sensación extraña además de muy placentera.
Lo probamos hace unos meses por casualidad, a pesar de haber viajado a menudo a Reino Unido nunca antes lo había visto, y yo soy de las que piensa que para conocer un país hay que saborear su gastronomía (aunque Inglaterra no sea muy rica en ella, :-)). Además, pasar por su escaparate cada día y ver una mesa de mármol repleta de fudge es una tentación difícil de resistir.
Lo probamos y nos conquistó. Y decidimos comprar unos cuántos paquetitos con diferentes sabores para enviar a España, ¡éxito asegurado! Y más de uno ya duda entre si en Devon podemos disfrutar también de algunas dulces recetas caseras.
Esta segunda vez que fui a comprarlas, directamente, me hice amiga del tendero, Roger. Quién me preguntó a donde iban tantos paquetitos pues resulta que es un regalo muy típico de los españoles cuando vuelven a su país. Empezada la conversación salió mi lado más periodista y mi primera pregunta, ¿Y esa mesa de mármol?, ¿se utiliza para confeccionarlo? Y … ¿cómo se hace? Y me lo contó todito todo…
En Roly’s Fudge, empresa originaria de Devon, hacen cada día este delicioso dulce de azúcar, un producto totalmente handmade que confeccionan a la vista de todos los clientes en esa gran mesa de mármol que se puede ver perfectamente desde el escaparate de la tienda. Yo he tenido el placer de verlo cuando he pasado por Queen Street a primera hora de la mañana.
¿Cómo se hace? La base parece y es sencilla: azúcar, leche y mantequilla pero el proceso es bastante laborioso.
Primero se tienen que hervir los ingredientes hasta obtener un caramelo a una temperatura máxima de unos 115ºC. Posteriormente se bate la mezcla mientras esta se enfría hasta obtener la consistencia cremosa tan típica del fudge. El proceso de batido que se hace de forma manual es lo que se hace sobre las mesas de mármol.
Lo complicado es conseguir que el dulce, la leche y el azúcar estén en su justa medida, a la temperatura perfecta en el momento adecuado. ¡Trabajo de expertos!
La variedad de sabores es interminable, hay más de 30 o 40 opciones… desde limón, chocolate, nata, menta… hasta los últimos que probé con sabor a mar. Sí, no sé explicar su sabor pero se llamaban “Sea”.
La charla con Roger continuó (a pesar de mi torpe inglés) él se hacia comprender y parecía entenderme a mi… cuando le dije a que me dedicaba una gran sonrisa salió de su boca y me dijo ¡Fudge is fantastic for Events & Weddings! ¡Come on!
Y me llevó a la trastienda para enseñarme la cantidad de paquetitos perfectamente envueltos con los nombre en las etiquetas de los novios o de la fiesta… ¡y me convenció! Regala Fudge en tu boda o en tu fiesta y ¡endúlzate junto a tus invitados!
Si queréis conocer un poco más podéis visitar su página web: rolysfudge.co.uk