Desde el principio, Laura y David sabían lo que querían: una boda que reflejara sus raíces y su amor por Sevilla, la tierra natal de Laura. En este sentido, este sueño comenzó a tomar forma cuando eligieron la Hacienda Orán, un tesoro andaluz del siglo XVII, como el lugar perfecto para sellar su unión. Rodeada de jardines majestuosos y patios históricos, esta hacienda se convirtió en el escenario ideal para capturar la esencia del sur y hacer realidad la ceremonia civil que tanto deseaban.

Un desafío lleno de inspiración y emoción
Organizar una boda en un lugar tan encantador y con tanta capacidad fue un reto tan inspirador como emocionante. Por ello, decidimos diseñar cada rincón para reflejar lo que Laura y David querían transmitir: simplicidad elegante, autenticidad y una atmósfera llena de amor. Elegimos flores blancas y verdes, una combinación sutil pero impactante, para crear una atmósfera de serenidad en los distintos patios de la hacienda. Además, las velas iluminaron los caminos, envolviendo a cada invitado en una magia única desde el principio.













Creando un ambiente único en cada espacio
La Hacienda Orán nos permitió adaptar cada espacio para que Laura y David pudieran tener la boda soñada. La ceremonia fue sencilla pero muy emotiva, y la recepción estuvo perfectamente organizada. Así que nos aseguramos de que el menú estuviera cuidadosamente seleccionado, con gastronomía de alta calidad que reflejaba tanto las tradiciones del sur como los gustos personales de los novios. La música, suave y discreta, acompañó cada momento clave, creando una atmósfera que fue creciendo en intensidad a medida que avanzaba la noche.





Versatilidad y detalles que marcan la diferencia en la Boda en la Hacienda Orán
La versatilidad de los espacios de la hacienda fue clave para ofrecer una experiencia única. Por ejemplo, el Patio del Señorío, íntimo y elegante, se llenó de luz con la decoración de velas y la disposición especial de las mesas. Cada rincón respiraba el gusto por el detalle y el amor por el sur. Desde el impresionante Museo de Carruajes hasta los jardines del Patio de las Palmeras, cada espacio hizo que los invitados se sintieran como en un cuento andaluz.














Un detalle muy especial para los invitados
Laura y David quisieron agradecer a sus invitados con un detalle especial: botellitas de aceite de oliva, símbolo de la tierra que tanto significa para ellos. Este toque tradicional fue un pequeño recordatorio de la autenticidad que envolvía cada aspecto de su boda.





Un día perfecto lleno de amor y magia

La tranquilidad de los novios era palpable. La confianza que depositaron en mí fue absoluta, y desde Renata Enamorada nos dedicamos a que cada detalle estuviera en su lugar. Todo estuvo perfectamente organizado para hacer que cada instante fuera perfecto y cada emoción, inolvidable. Esta boda fue un claro ejemplo de cómo el trabajo en equipo y una organización cuidadosa pueden transformar un sueño en una realidad que supera toda expectativa.
Fue un día perfecto, rodeado de familia y amigos, de amor y magia. La boda de Laura y David es un recuerdo que perdurará en el corazón de todos los que estuvieron presentes, y para mí, un ejemplo más de la belleza de crear un evento único.
Fotografías: Ernesto Villalba
Organización, diseño y decoración: Renata Enamorada
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