Villanueva del Pitamo, un enclave de jardines, cimientos e historia en pleno corazón sevillano. Un espacio singular, que emerge en ladrillo, forja y madera que quedaron anclados en un tiempo lejano, cuya magia aún impregna las paredes.
Y así, recorrimos sus innumerables estancias hasta encontrar el lugar idóneo, donde la Luz dorada se deslizaba inocente por las rendijas de la madera que cubrían las ventanas.

Allí les encontramos, juntos, entre luces y sombras. En un ambiente oblicuo de amor infinito, en el que solo tiene cabida el momento presente.

Ellos, bailando y riendo, con ritmos de otros lugares del mundo, que hacen de banda sonora. Ellos, bajo un techo de piedra y sobre la calidez de una alfombra, ajenos por completo a protocolos nupciales y los dictámenes de la moda.
Siendo, tan solo, ellos mismos.

Una novia relajada, divertida, segura de sí misma, que estrena vestido cuando llega la noche y aparece descalza, lista para el baile, o sin tapujos: ataviada con unas botas campestres.

Cada detalle, diseñado minuciosamente por Renata Enamorada, pensando para crear una atmósfera de calidez y dulzura, donde reina la magia de lo cotidiano.
Un mosaico de recortes preciosos: exquisitas joyas doradas, vajilla pintada sobre porcelana y copas de cristal labrado, junto con piezas centenarias que han descansado durante años en el corazón de la Hacienda. Imágenes que nos dejan lienzos de otra época, la sutilidad lo natural y lo modesto, enmarcados en verdes intensos y naturaleza salvaje, que salpica la estancia, y se descuelgan y trepa sobre las ventanas y paredes.

Y el rojo. Color exuberante, lleno de vida, que aparece en forma de flor, en fresas, frambuesas y frutas maduras; y se instala como el tercer protagonista de nuestra historia.

Una historia que nos recuerda que no todas las novias quieren ser princesas, ni todos los grandes romances son como el de Romeo y Julieta. Cada detalle, cada elemento, cuidadosamente pensado para dejar escrito, en mayúsculas, la libertad de cada pareja de hacer en su gran día lo que realmente quiera.