Hay proyectos que son un auténtico placer, éste ha sido uno de ellos. Hace escasas semanas Inmaculada contactó conmigo para pedirme una mesa dulce muy especial para uno de sus hijos, Alberto.
Entre sus gustos se encontraban los “bichitos” y yo que soy de fácil imaginación ya me vi dentro de un bosque encantado, rodeada de mariposas revoloteando, mariquitas, serpientes, lagartijas y todo tipo de bichitos, algunos de ellos tan vivos como nosotros, disfrutando de esa mesa dulce…
Y así lo hice, una mesa de casi cuatro metros donde los animalitos parecían cobrar vida propia… el resto… lo hicieron los niños y su propia imaginación jugando con ellos.
Las fotografías no le hacen justicia (la contraluz es malísima e ir sin trípode también) y de corazón os digo que ganaba muchísimo más en directo pero no quería dejar de enseñárosla. Aquí os dejo algunos de los detalles de este bosque encantado de dulces en el que sin duda he disfrutado como una auténtica niña creándolo e inventándolo y especialmente, al ver a los niños con la boquita abierta cuando llegaron al salón y se llevaron la sorpresa.
¿Qué os ha parecido?, ¿os ha gustado?, ¿os transmite tanto como a mí estar en un bosque encantado?
Pd. Si quieres, puedes ver la mesa dulce que hice para el bautizo de Inés.
4 Responses
Muy chula! estoy segura q los niños fliparon un beso
Muchas gracias, Marina!!
Precioso…Enhorabuena!
:-) Gracias, gracias! :-)