Nunca pensé que publicaría esta boda. La novia no lo verá, no es muy dada a las tecnologías, pero yo se lo enseñaré y sé que le gustará. Sentirá una especie de mezcla entre felicidad y vergüenza, un poquito de orgullo de verse tan guapa y desprenderá un poquito de amor de ese tan grande que a pesar del tiempo aún siente hacia él, aún le queda. El novio, no puede verlo o quizás si, probablemente sí, desde otra perspectiva, desde el cielo.
Se conocieron en 1972, tres años más tarde, el 20 de julio de 1975, se casaron y aunque no demasiados, sus años juntos fueron intensos. Viajaron, disfrutaron, vivieron con la misma intensidad que cuando se conocieron y tuvieron tres bonitos hijos. Solo diez años juntos pero para ella toda una vida. Intensidad que siempre ha estado presente en el amor que ella, aún a fecha de hoy, le muestra en forma de fidelidad. Ellos son papá y mamá.
Se casaron en la Parroquia de la Concepción Inmaculada, en la Gran Plaza de Sevilla y celebraron el banquete justo enfrente, en el Restaurante El Castillo. Ella solo tenía 22 años, él 26. Mi madre me ha contado mil veces que se querian casar en vaqueros (¡Rebeldes! :-) ) pero que mis abuelos no les dejaron así que cumplieron con lo establecido, vestido de novia y traje de novio. Al llevar al Restaurante, el metre les obsequiaba con un quinqué para que su matrimonio estuviese siempre iluminado y, en el convite, los novios entraban primero y tenian que cortar el lazo de la puerta juntos, permitiendo así que los invitados entrasen. Tradiciones que han cambiado con el paso del tiempo. Bodas de hace ya 40 años, bodas bonitas al fin y al cabo.
¿Y tú?, ¿quieres que publiquemos en el blog tú boda o esa boda tan especial?
¿Quieres ver otras bodas reales? Ya hemos publicado la boda de Ana y Antonio y la Boda de Manuel y Desireé. Si te has casado, ¿te animas a mostrarnos la tuya?