Cuando estoy triste y cuando estoy alegre. Y especialmente, cuando necesito desconectar, no pensar. Nunca pensé que tejer pudiese tener ese efecto en mí, de hecho, aún me sorprendo de mi misma (y muchas personas que me conocen desde hace años, también) y de que haya aprendido a tejer. Ahora, aporta a mi vida mucho más de lo que me podría imaginar.
Soy nerviosa, muy nerviosa y el peor de mis defectos es mi impaciencia. Y tejer me hace ser paciente, es lo único que yo puedo darle a él.
Empecé a tejer en un momento de mi vida en el que los nervios me comían por dentro, incapaz de controlar situaciones que algunas dependían de mi y otras eran externas e imposibles de comprender. Tejer se convirtió en mi refugio, en mi momento de relax y sobre todo de “no pensar”. Más tarde me di cuenta que tejer también era la única forma que en esos momentos tenia de aflorar mi creatividad. Despertó mi creatividad dormida, potenció mi curiosidad extrema y sobre todo me hacia sentir útil y más importante aún, feliz…
Soy principiante, empecé haciendo cuellos y continuo con ellos, primero para practicar, luego me los hice de todos los colores y luego empecé a regalarlos. Me di cuenta que no hay nada más bonito que regalar algo hecho por ti, me moría de ilusión nada más empezar y a veces se me escapaba la sorpresa antes de lo que debía.
Ahora, quiero perder mi cobardía en el mundo tejeril y avanzar un poco más y ahora mismo me encuentro entre agujas haciendo mi primer sweater de Pearl Knitter, un proyecto del que prometo hablaros pronto porque me tiene enamorada… ¡y prometo enseñar el resultado! (aunque se ven los agujeritos sin sentido) :-) voy mostrando mis pequeños progresos en mi Instagram, podéis seguirme si queréis para ver cómo lo disfruto en @renataenamorada.
Tejer para mi es ahora la mezcla perfecta, la pócima secreta para darme calma y a su vez mantener viva mi creatividad.
Hace unos días publiqué 5 ideas para mantener viva la creatividad y os animé a uniros a la iniciativa #RetoCreativo y hoy, os he contado mi experiencia de tejer no solo para que os animéis a probarlo sino y sobre todo, para que os animéis a encontrar “aquello” que consiga estos efectos en vosotras. Para algunas puede ser leer, escribir, bailar, pintar cerámica o correr. No importa el qué importa el cómo os haga sentir. Esa es mi reivindicación de hoy, el trocito de mi que hoy quiero dejaros en el blog.
Tejer es uno de mis placeres, ¿cuál es el tuyo?