Es difícil explicar lo que se siente cuando ves a la novia, agarrada de su padre, delante de la puerta mirándote nerviosa, sonriente, esperando, confiando en que tu le hagas la señal para ella entrar.
Es difícil entender para los que no se dedican a esto lo que se siente por la pareja después de estar meses codo con codo con ella organizando un día tan importante.
Es rara la noche anterior a la boda que duerma, los nervios y mis repasos mentales de que no falte nada me lo impiden. Gracioso que solo me ocurra con las bodas y es que dentro de la gama de los eventos en la que todos son importantes en estos siempre me invade una enorme responsabilidad pues el de la pareja siempre será el más importante de sus vidas, el único y eso yo lo tengo grabado en el corazón. Es tanta la implicación, que es raro que no me emocione con mis novios y con Paloma y David, no podía ser menos. Una pareja súper especial para mí, una pareja de amigos.