La importancia del Plan B.

Soy del Sur, donde el sol y el calor suelen ser protagonistas la mayor parte del año y aunque soy positiva en general y en particular con lo que al tiempo respecta; mi experiencia en la organización de eventos me ha hecho también ser previsora. Y no me canso de repetir a las novias de Renata cada vez que me dicen que quieren hacer toda su boda en preciosos jardines al exterior y yo me vuelvo loca buscando la opción en interior “por si acaso”, que el plan B debe estar siempre, sí o sí. Porque aunque aquí llueve poco y aunque dicen que “novia mojada, novia afortunada”, la realidad es que ninguna novia quiere que en su boda llueva, ¿o no? Si lo hace, porque cada vez estamos más lejos de controlar este clima y las adversidades meteorológicas, al menos, que tengamos un plan B.

No importa que te cases en el sur o en el norte. En enero o en mayo. Hoy en día, con el calentamiento global y los cambios tan bruscos de temperatura que estamos viviendo, ¿es que este año hemos tenido otoño? No, ¿verdad? Pues ya sólo eso nos lo dice todo. Sea donde sea y cuando sea, siempre cuenta con un lugar cubierto donde se puedan ubicar todos tus invitados, quizás si llueve pueda ser en un formato diferente, por ejemplo, tipo cóctel en lugar de sentados, es posible otra opción pero cuenta siempre, siempre con este segundo lugar “por si acaso”.

La idea de escribir este post me ha surgido por “la guerra” que suelo tener buscando siempre el plan B para mis novios a pesar de ver siempre sus caritas diciéndome “no, no puede llover”, a lo que yo sonrío pero por si acaso establecemos el plan B; y al leer la preciosa historia de la boda de Daniela y Miguel en Tendencias de Boda.

Llovió y no había plan B. Es cierto que supieron resolverlo y en las fotografías se puede apreciar lo mágica que fue. Pero me imagino a los novios en ese momento y se me encoge el corazón. Probablemente haya sido una boda única, una boda mágica que nadie olvidará nunca. Pero que ellos la resolvieran de esta manera, que los invitados tuviesen la posibilidad de quedarse un día más para celebrarla por segunda vez la boda como realmente tenían previsto no es lo que suele suceder, al menos, no siempre. Así que, sed previsores y recuerdad que hasta en El Caribe en pleno agosto suele ser época de tormenta.

Si tienes el plan B no importa que llueve o truene porque tu boda lucirá igual de bonita, te lo puedo asegurar, y será igual de mágica aún si cabe. Eso sí, la tranquilidad suelen decir es algo que no tiene precio y para ello tienes que ser previsora y asegurártela.

Y si llueve, ¡ponte unas botas y salta sobre los charcos, recuerda bailar bajo la lluvia (paragüa en mano o sin él) y sobre todo, disfruta y sé feliz!

Y recuerda el refrán, “novia mojada, novia afortunada”.