Y el largo camino a recorrer para conseguir que las wedding planner en España tengamos el mismo papel que en Estados Unidos.
Hoy os traigo un post en el que mezclo conocimiento profesional con impotencia personal. Un post en el que os quiero contar qué significa una wedding planner en Estados Unidos y qué significa en España y como nos dejamos influenciar en algunos aspectos a una velocidad vertiginosa y nos resistimos a otras influencias que quizás sean mas, en mi opinión, productivas y beneficiosas.
En Estados Unidos, la figura del wedding planner apareció en los años 50 y para el 80% de las parejas que deciden casarse la primera tarea a realizar es elegir la/el wedding planner que organizará, diseñará y producirá su boda.
Es exactamente el mismo concepto que en España puede tener una empresa cuando va a organizar un evento institucional o corporativo. En el caso de las entidades públicas su primera tarea es definir y publicar el concurso público para que las empresas privadas hagan sus propuestas, en el caso de las empresas privadas es solicitar propuestas y presupuestos a agencias especializadas en la materia.
La diferencia está en el ámbito social. Para organizar una fiesta especial pero personal, un gran evento social como es una boda, cualquier persona se siente preparado para ello. Quizás antes, cuando el formato de las bodas en España era siempre el mismo y el 90% de las bodas seguían el mismo protocolo, quizás. Pero hoy, en el que cada pareja quiere su propia boda acorde a su forma de ser y de sentir, entonces y sinceramente, ya no. Admitámoslo.
Que Estados Unidos es un país influenciador no hace falta ni decirlo, que lo hace desde en la ropa que usamos hasta en lo que comemos es más que demostrable, eso sí, los países como yo suelo decir, de mediterráneo nos dejamos influenciar en lo que queremos y como queremos.
Al fin, el perfil de Wedding planner está instaurado en nuestro país pero de ahí a que sea reconocido como lo es en Estados Unidos o sin ir más lejos, en Reino Unido, hay todo un mundo de kilómetros por recorrer.
Hoy quiero reivindicar esta profesión. Tanto la responsabilidad profesional que tenemos los que queremos dedicarnos a ésta de estar formados, preparados y en continua renovación para diseñar y crear bodas con la misma creatividad y profesionalidad como lo hacen los grandes profesionales del sector fuera de nuestro país, para estar listos y dar la talla tal y como los novios requieren como la responsabilidad social que en este caso tenemos todos de valorar un trabajo, una profesión que si bien está perfectamente reglada en el mundo de los eventos con la licenciatura en Publicidad y Relaciones Públicas que se imparte en nuestro país como los organismos públicos y privados que imparten información especializada en este sector.
Hoy, este post me ha salido del corazón. Yo quería hablar de la influencia americana en las bodas, de cómo mirando por la mirilla y con los ojos grandes los grandes profesionales americanos, las revistas, los libros, los blogs dedicados en exclusiva a ésta área podemos estar en continua conexión y formación con ellos. Quería hablar de los profesionales con nombres y apellidos de los blogs que devoro y los libros que consulto cada día en mi estantería, todos americanos e ingleses. Pero hablaré de ello en el próximo post porque creo importante dejar presente en mi blog esta reflexión.
Pero antes de irme, os comparto una entrevista que encontré en la red de Ana Laura Morales, es uno de los principales Miembros Fundadores del Instituto Iberoamericano Event Planner y con la que me sentí muy identificada.
¿Y vosotras?, ¿qué opináis?
Un comentario
Te entiendo perfectamente. Yo me dedico a hacer tartas de boda, pero no las tradicionales sino las “nuevas” hechas con fondant al estilo anglosajon. Es un concepto nuevo diferente y la gente no entiende la preparación (no hablemos de dinero invertido en formación) que se necesita para hacer una tarta perfecta y personificada. Y se la encargan a una amiga o la comprar a cualquiera. Es como si ahora todas nos pusieramos a hacernos nuestros trajes de bodas simplemente por saber coser un botón o un dobladillo. Hay que cambiar mucho la mentalidad.