Las que me seguís desde hace tiempo ya sabéis que una de mis pasiones es VIAJAR. Aunque ya os he contado miles de mis aventuras durante el tiempo que he vivido en Exeter y alguna que otra de cuando viví en Udine, hoy quiero inaugurar oficialmente esta sección, en la que escribiré al menos una vez al mes y en la que pretendo descubriros nuevos lugares a los que viajar, nuevas experiencias que realizar en mi propia ciudad o en el pueblecito de al lado o en la ciudad de enfrente, lo de menos ya se sabe que es el lugar. Además, os enseñaré aquellos rincones mágicos que vaya descubriendo sólo para saborear o quizás para celebrar tú boda o una fiesta especial.
Y hoy, recién llegada de Jerez, no podía hablaros de otro lugar, más castizo, que derrocha cultura andaluza y que aunque he visitado pocas, siempre que piso alguna me produce nostalgia de mi tierra: las bodegas.
El año pasado, formé parte de la organización de V Copa Jerez, un concurso gastronómico internacional de maridaje de Vinos de Jerez y Manzanilla. A raíz de este proyecto os enseñé en el blog, el Misterio de Jerez, ya que en él celebramos la entrega de premios y fue la primera vez que pude participar en el diseño del contraste entre elementos tradicionales y la parte más moderna, más tecnológica que hoy tenemos a nuestro alcance.
Bien. Pues en este mismo evento, entre las actividades extraordinarias que se proponían tras el concurso para los equipos de los siete países diferentes que participaban, organizamos una cena de ensueño en El Castillo de San Marcos (Puerto de Santa María) la noche antes del concurso donde se decidía el orden de participación de los equipos y una vez finalizado el concurso, justo a la mañana siguiente de la entrega de premios, una ruta por diferentes bodegas de la comarca jerezana. Por supuesto, además de disfrutar del vino, disfruté en ellas de imaginarme preciosas bodas en cuya decoración pudiese mezclarse el aire tradicional con el moderno. Los espacios, la distribución de la misma, ofrecen grandes oportunidades a nivel creativo. Mucho más de lo que os podéis imaginar, al menos a mi se me ocurren mil ideas para desarrollar.
¿Hay alguna pareja de novios por ahí que quiera innovar con la decoración de su boda en una bodega? ¡Me los pido!
Pues justo ayer llegué de organizar un precioso almuerzo en Bodegas Tradición (Jerez), para los participantes de la Final Nacional VI Copa Jerez, en la que se decide el restaurante español que en 2015 participará en el certamen internacional. De nuevo, las bodegas me reclaman.
De menor tamaño pero misma tradición. Esta además tiene en su interior una preciosa exposición cuya visita os recomiendo.
Si la boda o el evento se organiza de día, la bodega tiene una iluminación mágica tanto en el patio exterior como en su interior, en el que los rayos de luz se cuelan entre sus barriles.
Si el tiempo lo permite, siempre puedes organizar la cena o el almuerzo en su patio exterior, teniendo en cuenta la temperatura en Andalucía, exceptuando los meses de inviernos (diciembre-enero-febrero) puedes organizarlo durante todo el año, e incluso durante estos meses yo he organizado cócteles en el exterior y hemos disfrutado de ellos.
Si prefieres estar resguardadito en el interior, sin duda, también puedes hacerlo. Entre los barriles se pueden distribuir mesas altas o bajas según el tipo de almuerzo o cena y crear un ambiente único para disfrutar de ella.
Estas son sólo dos ejemplo, Jerez conocida por sus vinos y Cádiz en general está repleta de estos espacios que son auténticos tesoros. Para los gaditanos, es muy habitual utilizar estos espacios para casarse, para los de fuera más dificil de imaginar. Eso sí, ahora que el concepto de boda cada vez es más único, más de la pareja, es el momento de crear contraste en el lugar y hacerlo de verdad vuestro.
Yo soy una enamorada de los contrastes, de la creatividad en la decoración. Y aunque quién ha trabajado conmigo me ha oído mil veces querer contrastar sobre todo en los lugares más tradicionales o más típicos en mi ciudad (como las haciendas, por ejemplo), creo que si quieres puedes crear un ambiente realmente creativo en ellos. El hecho de que sean lugares de antaño, unidos a una tradición o a un estilo cultural concreto no quiere decir que no puedas utilizar una ambientación moderna y crear con ella un contraste mágico, convirtiendo el lugar en uno propio y específico de la pareja en el caso de que se organice una boda o del propio evento, si es éste último. De hecho, ahí está nuestro trabajo, ahí está la pasión por el diseño y la decoración, el coger un lugar con su propio estilo y esencia y convertirlo en el que tú quieres que sea.
Dicho esto, ¿os he dicho que estoy loca por trabajar en la decoración de una boda en una bodega?, ¿algún voluntario que se preste? :-) ¡Feliz jueves, enamorad@s!